¿DINOSAURIOS O DELFINES?

Artículo de Mercè Espinosa CEO de meHRs.   Una vez transcurridas seis semanas desde el confinamiento, tenemos algo más de información. Hemos pasado de la fase de negación a la de aceptación, del miedo a la incertidumbre, y de esta, al presente.

Para muchos de nosotros, esta es la segunda crisis que vivimos. Muy diferentes ambas, pero con un denominador común: la economía se va al traste. Aún coleaba aquella, que duró más de ocho años, cuando en diciembre apareció el COVID19 en China. No podíamos adivinar el alcance que tendría.

Esta crisis, que realmente hace 42 días que nos ha llegado a todos en forma de pérdida de libertad porque la enfermedad no discrimina, está poniendo en entredicho nuestro estado del bienestar y también a los políticos que nos dirigen.

El miedo ha dado paso al amor y la compasión, y estas emociones nos están dejando ver la realidad, que va dividiendo cada vez más a la sociedad. Esta crisis discriminará entre ricos y pobres, entre los que viven en casas con balcón y aquellas familias cuyos miembros se ven obligados a compartir habitaciones minúsculas, entre los que viven en la abundancia y los que no tienen qué comer, entre los negativos y los positivos de COVID19, los fuertes y los vulnerables, los jóvenes y los viejos.

Cientos de miles de personas se han quedado sin trabajo; se calcula que un 30 % de la población quedará en situación de desempleo. Los salarios se reducirán, y muchas empresas habrán de bajar sus persianas, si no lo han hecho ya.

La banca destinará sus préstamos a empresas en sectores de proyección. El turismo, que representaba más del 12 % del PIB, es una incertidumbre, aunque, sin duda, tardará en recuperarse.

En lo que a nuestra actividad profesional se refiere, hemos descubierto que es posible cambiar, que en esta crisis puede haber oportunidades si somos rápidos y tenemos un producto que pueda interesar a la población empresarial. Sobre todo, si se trata de una empresa de servicios para la gestión de las personas, como es nuestro caso. Lo cierto es que aquí estamos y hemos de movernos, desde el confinamiento, pero movernos, pues nuestra vida ha cambiado y ahora más que nunca hemos de salir de nuestra zona de confort y aprender nuevas formas de hacer.

Después de este mes y medio tenemos la suficiente información para saber de quiénes hemos de aprender. De 193 países que hay en el mundo, 10 están dirigidos por mujeres: Alemania, Nueva Zelanda, Taiwán, Islandia, Finlandia, Noruega, Dinamarca… Todos estos países tienen en común las cifras más bajas de contagio. Han demostrado su proactividad, actuaron con diligencia, obviaron la etapa de negación, implementaron medidas excepcionales. Maneras de proceder parecidas, muy eficientes y, sin embargo, compasivas, con un estilo de comunicación empático y gran creatividad, independientemente de su ideología política. Hemos de ser capaces de emular en nuestras empresas las competencias de estas líderes.

Por nuestra parte, desde el primer día de confinamiento, nuestro equipo, que por cierto está constituido por mayoría de mujeres y algunos pocos hombres que comparten nuestros valores, fuimos conscientes del alcance de lo que estaba ocurriendo y comenzamos a preparar un plan económico de contención que incluía diferentes escenarios y que revisamos cada día.

Si he de ser sincera, al principio la incertidumbre nos hacía ser pesimistas y era difícil avanzar, pero progresábamos día a día y al cabo de un mes teníamos diseñado un plan de despegue.  Hemos hecho de la confianza y la creatividad nuestras herramientas de trabajo.

Diariamente hemos aplaudido los éxitos, hemos sido compasivos con el que lo necesitaba, hemos acompañado a nuestros clientes y avanzado en tecnología y nuevos proyectos. Estamos preparando la presentación de nuestro despegue el día 14 de mayo, acorde con la nueva realidad del mercado y teniendo en cuenta las necesidades que tendrán las empresas. La hemos llamado Regreso al futuro.

Es cierto que nuestros pilares como empresa que cuenta con 15 años de historia son muy sólidos y nuestro objetivo ha sido siempre conseguir que sea sostenible. Por ello escogimos de forma consciente a nuestros compañeros y compañeras de viaje, personas con quienes compartimos valores, en los buenos y no tan buenos momentos. Supongo que por esa misma razón tenemos como clientes a empresas sostenibles que han sido fieles en todos los momentos, entonces y ahora.

Cada vez más, las compañías necesitarán de empresas como la nuestra que las ayuden a gestionar a las personas, la prevención y su salud, tanto en la incorporación al trabajo después del confinamiento como en el día a día de esta nueva realidad. Habremos de ayudarlas a gestionar los espacios, hará falta terapia de apoyo para combatir el estrés. Contamos con todo ello y estamos dando un gran paso hacia lo digital. Hace años apostamos por diseñar programas de salud para las organizaciones y tenemos ejemplos de su funcionamiento. Ahora será imprescindible implantarlos y se harán visibles las empresas que incorporen acciones de responsabilidad social en su gestión estratégica.

Hemos de considerarnos afortunados por vivir en este continente y ver la luz al final del túnel. Somos emprendedores y, como tales, nuestra resiliencia está brotando, nuestra adaptación al cambio sin queja la llevamos en nuestro ADN. Estamos siendo más creativos que nunca, si cabe. Saldremos de esta reforzados.

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